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5 consejos de oratoria para que hagas tus presentaciones con confianza

Los grandes oradores de nuestra historia son reconocidos por su poder persuasivo y su elocuencia para defender sus ideas. En esta publicación, detallaremos el concepto y te daremos una lista de consejos para mejorar tus presentaciones.

¿Alguna vez oíste un discurso (o una presentación) que te impactó y logró, aunque fuese por un breve momento, captar tu atención sobre las ideas presentadas?

Cuando recordamos tales eventos, tendemos a atribuir la capacidad de oratoria del disertante a algún tipo de don natural. Sin embargo, si bien es importante, el talento puro no es el elemento determinante para el éxito de hablar en público.

Al observar a los grandes oradores de la historia vemos, también, diferentes técnicas que se pueden aplicar a cualquier tipo de discurso.

Steve Jobs y Martin Luther King, por ejemplo, aunque estuvieran en campos completamente diferentes son recordados hasta el día de hoy por su persuasión. Lo que tienen en común es que ambos entrenaban y se preparaban intensivamente.

Entonces, ¿qué tal si consideramos la oratoria como una habilidad que puede entrenarse en lugar de limitarla a la categoría de talento natural?

En este texto, definiremos el concepto de oratoria, te mostraremos los obstáculos que deberás enfrentar y, además, te daremos 5 consejos esenciales para que mejores tu desempeño cuando tengas que hablar en público.

¿Qué es la oratoria?

De manera simple y puntual, podemos definirla como el arte de la comunicación clara y objetiva con el público.

Sin embargo, como con todo lo que involucra a una audiencia, esta definición puede variar agregando principios como la elocuencia, la capacidad para lidiar con objeciones e, incluso, la interacción con los espectadores.

Es un error pensar que todo esto lo puede lograr una persona únicamente con una buena comunicación verbal.

Un buen orador debe trabajar en un lenguaje corporal adecuado para el público y la idea que quiere transmitir.

Más que eso, es esencial tener como base un mensaje muy bien estructurado para no dejar que la audiencia pierda su atención o capte información que sea diferente de lo que se pretende.

Por todas sus características, no sorprende que en Occidente este arte tenga su origen en la Grecia clásica: el primer manual que buscó guiar su uso proviene de la región que hoy se conoce como Sicilia.

Desde entonces, nombres históricos como Aristóteles, Cícero, Winston Churchill y Barack Obama se han destacado en el estudio, la aplicación y el perfeccionamiento de la oratoria.

¿Qué obstáculos se interponen en la buena presentación en público?

Como indicamos al comienzo del texto, no es correcta la idea de que la oratoria solo puede ser perfeccionada por personas nacidas con el don.

Incluso las personas que han pasado parte de sus vidas con temor a mostrar proyectos o ideas en público tienen la posibilidad total de dominar esta habilidad de comunicación. Para empezar, te explicaremos los obstáculos que deben ser superados:

Nerviosismo

Este es el principal villano al que se enfrentan los oradores, especialmente aquellos que están comenzando o no tienen la experiencia suficiente para sentirse seguros.

¿Quién no recuerda el nerviosismo de hablar en público cuando éramos niños, antes de una presentación escolar? Por más asustador que sea el recuerdo, tienes que dejarlo atrás.

Sentirte nervioso antes de un evento importante es natural y aceptar eso es el primer paso para controlarlo. Pregúntate de dónde viene ese sentimiento, pueden ser pensamientos negativos, falta de preparación o incluso malestar físico. Identificar la causa hace que sea más fácil trabajar en la resolución.

Problemas de dicción

La dicción se refiere a la forma en que pronunciamos los sonidos de sílabas, letras y palabras. Este factor es fundamental para una buena oratoria porque, si está mal trabajado, puede dificultar la comprensión del público.

Un orador que habla demasiado rápido o se salta ciertas sílabas, por ejemplo, puede perder rápidamente la atención de la audiencia.

Al igual que en el problema anterior, identificar la causa es crucial. Pueden originarse a partir de una respiración desordenada, falta de conocimiento verbal o incluso falta de calentamiento de los músculos faciales.

Como cura, hay métodos y entrenamiento sugeridos por profesionales de la terapia de la fonoaudiología.

El miedo

El miedo a actuar en público es común y se refiere a nuestra búsqueda casi irracional de aceptación. Cuanto mayor sea la audiencia, más difícil será que todos nos acepten.

Al menos eso es lo que nos dice nuestro subconsciente. Una buena manera de superar esta timidez es profundizar el conocimiento del público. Después de todo, sabemos que lo desconocido siempre da más miedo.

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